Leo con horror en los periódicos que hay un niño muy grave por difteria, una enfermedad casi erradicada de la que no había casos en España desde hace más de 25 años. El niño no ha seguido el calendario de vacunación por decisión de sus padres.
Está claro que este tema es espinoso porque, en sí, las vacunas no son obligatorias. Sólo lo son en casos concretos de riesgo para la salud pública donde un juez puede determinar la obligatoriedad de vacunar a una población concreta. El objetivo de las vacunas es prevenir enfermedades, aunque es cierto que el riesgo cero no existe porque las bacterias o los virus pueden mutar y hacer que dejen de ser efectivas. Otra realidad a tener en cuenta que hay enfermedades que ya están casi erradicadas gracias a las campañas de vacunación: sarampión, viruela, difteria,..
Yo no soy una experta en sanidad, yo solo soy una madre más. En mi opinión, este tema, como tantos otros, se han decidido por parte de los mejores expertos en el área y yo no soy quien para ponerlo en duda. Este “no soy quien” no tiene que ver con que me vea incapaz o con que me deje llevar, sino con que entiendo que los expertos han valorado los pros y los contras de las vacunas, en este caso, y han llegado a la conclusión de que es necesario prevenir ciertas enfermedades.
Cuando un padre decide que no pone las vacunas a sus hijos porque ya la incidencia de esa enfermedad es mínima, por ejemplo, tiene que pensar que la incidencia de la enfermedad es mínima precisamente porque la mayoría de los padres decidimos hacer caso de las recomendaciones del ministerio de sanidad y asumimos los riesgos de administrar esas vacunas a nuestros hijos no solo para que no contraigan la enfermedad concreta, si no, dando un paso más, por el bien común.
Estoy segura que todo se puede racionalizar. He estado releyendo los motivos que se esgrimen para no vacunar a los niños (algunos de peso y otros mucho más que vagos) y creo que si analizando cada vacuna en profundidad, la balanza pros/contra indica que ponerla no tiene los suficientes beneficios para que lo justifique, esto debería informarse a la población.
Entiendo que todo el mundo es libre de decidir. Lo que aquí expreso es mi opinión concreta con respecto a este tema. Lo que no me gustaría nada es que yo o mis hijos hubieran asistido a ese campamento con el niño que ha desarrollado la enfermedad porque, aunque mis hijos están vacunados, podría darse una mutación o que lo porten aunque no lo desarrollen y se lo contagien a la Rubia que todavía no tiene todas las dosis puestas contra la difteria en concreto.
Para mí lo de las vacunas tiene ciertos puntos en común con lo de El Parto es Nuestro, en lo que a libertades y racionalización se refiere. Pero este es otro tema y no quiero extenderme.
¿Qué opináis vosotros? ¿Habéis decidido no vacunar a vuestros niños?
Un placer. Como siempre.